El amor no es ni más ni menos que una semilla, se riega, se cuida, se mantiene, se le esparcen fertilizantes y hasta venenos cuando algún insecto intenta devorarlo.
En ciertas ocasiones, la planta muere en un tiempo determinado por su propia condena, en otros casos florece cada primavera y da frutos dulces año a año.
Pero nunca se sabe cuando sucederá esto o en que momento yacerá seca y sin hojas.
Algunas enredaderas se sostienen con fuerza, y afianzan el vínculo pegoteadas a las superficies de las que se abrojan para vivir.
Otras especies necesitan luz, poca agua y libertad.
Algunos narcisos mueren sin nadie que les hable.
La mayoría de las magnolias se marchitan en cuestión de minutos al separarse de la rama que las contenía. Las flores de lavanda, destilan el manjar sedante mas sabroso, y en todo caso, tu voz me recuerda a ellas.
A veces pienso, que tal vez sea yo una enredadera en potencia, y vos un clavel del aire, agarrado firmemente pero libre, flotando ahi, en el viento, casi volando.
La única conclusión certera es que definitivamente te quiero al lado mìo en mi jardín, hechando raíces firmes en mi tierra y sin yuyos.
Podríamos quizás, generar una rara mezcla de especies, entre jazmín y rosas, o acaso, plagar de pensamientos el cantero, cubrir los rincones de nomeolvides, o desparramar semillas de amapolas.
Diseminar los campos de muticias o germinar los inviernos de amancay.
Pero no nos es dada la certeza de la siembra exitosa.
No se nos ha entregado la garantía de la cosecha perfecta.
Y si la tuvieramos, el modo de riego y los cambios climaticos generarían permanentes modificaciones en los procedimientos, la poda y el cuidado de los pétalos.
Y es que en cuestiones germinacionales nunca sabremos lo que vendrá.
No podremos augurar con seguridad la permanencia del perfume a fresias seduciendonos a través del tiempo..
No nos es garantizada la eternidad del sentimiento.
Ni siquiera, la oportunidad del encuentro. Menos aun, la llave de la puerta trascendental de lo maravilloso. De lo indescifrable. Del perfume de tus manos en mi boca. De la atracción desafiante de la incompatibilidd mutua. De aquello en las miradas eclipsadas que carece de definición.
Apenas contamos con brotes, gajos y estrellas, para caminar la propia vida.
Sortilegios cotidianos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Etiquetas
- Cuentos para bajitos con sueños (1)
- de la catarsis (1)
- de la magia (2)
- De la música (1)
- de la patafísica (1)
- de la realidad (24)
- de las despedidas (1)
- De las incertidumbres (36)
- de lirios blancos (21)
- de lo cotidiano (2)
- De los aprendizajes (28)
- De los conjuros (16)
- de papel (2)
- dedicados (10)
- Del amor (97)
- del ayer (4)
- del dolor (3)
- del futuro (1)
- del mundo a mis pies... (7)
- del surrealismo (1)
- del tiempo (3)
- Experimentos de taller (1)
- Matías Acosta y Coni Salgado (1)
- Novela (3)
- Poesías en puntas de pie (1)
Para leer...
- mayo 2007 (7)
- junio 2007 (12)
- julio 2007 (16)
- agosto 2007 (21)
- septiembre 2007 (13)
- octubre 2007 (13)
- noviembre 2007 (7)
- diciembre 2007 (17)
- enero 2008 (15)
- febrero 2008 (10)
- marzo 2008 (8)
- abril 2008 (8)
- mayo 2008 (9)
- junio 2008 (5)
- julio 2008 (4)
- agosto 2008 (5)
- septiembre 2008 (5)
- octubre 2008 (4)
- noviembre 2008 (7)
- diciembre 2008 (8)
- enero 2009 (1)
- febrero 2009 (2)
- marzo 2009 (7)
- abril 2009 (4)
- mayo 2009 (9)
- junio 2009 (4)
- julio 2009 (2)
- agosto 2009 (1)
- octubre 2009 (1)
- diciembre 2009 (1)
- enero 2010 (3)
- febrero 2010 (4)
- marzo 2010 (1)
- abril 2010 (1)
- julio 2010 (10)
- septiembre 2010 (1)
- diciembre 2010 (1)
- marzo 2011 (1)
- abril 2011 (1)
- noviembre 2011 (1)
- abril 2012 (1)
- mayo 2012 (2)
- junio 2012 (2)
- julio 2012 (1)
- agosto 2012 (1)
- septiembre 2012 (1)
- julio 2013 (1)
- abril 2014 (1)
No hay comentarios:
Publicar un comentario