El tiempo empezó a virar lentamente de un azul escalofriante hacia un rosado magenta.
Las yemas tibias de sus dedos comenzaron a extrañarlo aun sin siquiera haberlo tocado o sin haberlo visto antes.
La realidad es que se habían conocido durante la edad media en un pequeño puente de Dublin.
Tal vez, él no tenía aun los ojos verdosos y cambiantes del clima, ni ella las manos tan pequeñas y blancas.
Lo cierto es que en el minuto exacto en que sus pupilas volvieron a contactar, cientos de años después y por casualidad, una ráfaga de recuerdos invadió la eterna sensación de un pasado vivido en el que se vieron y amaron por primera y única vez.
La primavera se esparció en el aire a través de cada uno de sus poros y vientos nuevos llegaron a sus células anunciando lo que vendría, en los siguientes doce meses... cuando volvieran a encontrarse para sonreirse conectados.
Quizás, el principio del resto de sus vidas...
2 comentarios:
Joder! que blo, y que palabras chavalina!
Pasare seguido.
Si te flipan las ilustraciones para acompañar tus escritos
pasa cuando quieras por mi blo, alli expongo los que mas admiro.
Saludos desde españa
Ernesto Salieri
Qué lo lea jose a ver si se adivina!!
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