Clasificados

Ayer puse en venta mi vida. Lo mas complicado fue realizar el aviso clasificado. Que era lo que tenia para ofrecer, que cualidades, que defectos. Enumerar los arreglos necesarios para mejorar lo que ofrezco llevó un tiempo prudencial. Pero al igual que en las casas de grandes ventanales al cielo abierto, siempre me gusto la transparencia del cristal y que ingrese tibia la luz del sol aunque afuera el viento sople fuerte o sobrevengan bendavales.
Finalmente, publiqué la venta. Todo quedó vacío y con gusto a castillo prometido devenido en triste construcción abandonada. Giré los ojos de agua y me reservé un solo recuerdo, solo uno. Lo apreté tan fuerte contra mi pecho, que sentí el dolor en el fondo del tiempo.
Miré hacia atrás y observé un millar de imágenes repetidas que comenzaron a esfumarse junto con las voces infinitas, con los ecos distantes.
Mi espacio quedó desolado, ahora, a la espera ...
Podría haberme llevado el corazón, pero decidí dejarlo ahí.
Después de todo no hubiera sabido que hacer con el, ya no me pertenecía...