Imaginate este sueño. Estabas vos. Era de noche y caminabas detrás mío, de lado a lado pisándome los talones.
Me decías que nunca íbamos a tener tiempo de eso, de ver el mar.
Las luces brillan y es verano. Me doy vuelta mirando las galerías hacia el sur.
Te digo que mires al cielo exlamando. Te muestro como la luna se viene abajo en cuestión de segundos porque una bola de fuego la está tumbando en línea recta hacia los edificios, allá lejos.
Explota esa bola de fuego y la luna trasnparente e incolora impacta contra Buenos Aires y empieza a salpicar partículas gomosas fugaces de lava que ahora rebotan dispersas por toda la ciudad.
Desesperados comenzamos a correr, le decimos a la suerte que se apure, que no se quede atrás, pero ahora la suerte es la deriva, y segundos mas tarde tiene otra cara. Me tomas de la mano y corremos. Entramos en un subte vacìo sin gente. Se siente la desesperación del fuego y la lava por llegar y el miedo de lo que estará pasando afuera.
Y ya no sabemos que hacer, ni a donde ir, ni si saldremos vivos.
Me despierto sobresaltada con taquicardia y asfixiante sed.
Y me alivio de que haya sido solo un sueño, aunque tan real.
Y me pregunto porque estabas vos.
Y lo escribo enseguida para no olvidarlo.
Y te lo envío.
21 de noviembre de 2007
4 comentarios:
Viste que lo podías publicar...
el arte te brota de la sangre
yo no podés escribir nada de otra forma: la poesía está en vos, casi tanto, como estás vos en la poesía
Que vigor el del relato...Bueno,gracias,para seguir,con el comentario...Se nota que soy contradictorio:ando zambullido en textos idealistas y escribo en palabras que parecen imágenes...En fin,referencia fija tu blog,suerte.Adiós.
guau!!!!coni, no sé si es el apocalipsis o el comienzo de una nueva vida.
nati
Coni, parece salido de una peli de ciencia ficción. A veces las personas están en nuestros sueños porque también están en nuestras vidas.
besitos Sandra
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