¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

miércoles, 13 de junio de 2007

Especulación de La Habana


Anduvimos, andamos... Nos reímos
a veces, y lloramos
a veces. Pero estamos
en pie, como quisimos.
Nicolás Guillén. Poeta, cubano...



Entre la tierra y el cielo, existe un lugar con perfume a salsa. La gente camina sin rumbo o con el, mas allá del tiempo. Hace calor, asi que da igual el calzado o la ropa. Puede percibirse en el ambiente cierta inclinación a las sangres almizcles visitando las diferentes paradas. Ellos reconocen de donde venimos y sin hablarnos saludan : Hola Che!
Y es que a pesar de las cadenas que los encierran se presumen libres.
De derechos y obligaciones . De expresión. De deleite de hoja pura de tabaco y mojito. De decir lo que piensan sin tapujos aunque alguna ley turbia no lo permita.
Población seductora si las hay. Viveza de coral. Busqueza ilimitada sin verguenza de intento. Inteligencia en la mirada. Corazón caribe desangrándose a cada paso. Y nada por perder.
Algunos cadillacs en rosa chicle o turqueza rabioso se pasean en cámara lenta. Ellas tienen aros con lunares y cuerpos ostentosos. Ellos, la perfección del ritmo corriéndole por las venas, por las espaldas perfectas y fibrosas color café. Bailan en cada esquina, y si no hay música, cosa rara, la inventan. "El cariño que te tengo yo no lo puedo evitar"... imprimen sin Compay con las palmas de la mano chocando el bongó. Las olas explotan un malecón indulgente y la espuma cubre las paredes del presente con anhelos pasados. En algunos puntos de la costa, el mar puede astillar la mirada de quien lo descubre. En otros, revueltos con espuma de historia y sal promueven una imagen única. Una postal vieja color sepia. Un daiquiri tomado en su cuna, en compañia y sin apuro. La piel ajada de los habitantes habla de sufrir sin lamentarse, de no esperar nada mas lejano a lo que pueda acontecer el día de hoy.
Ninguna lágrima que los caracterize. Encanto deshinibido. Y la alegría no es solo brasilera.
Y un puñado de azúcar que no alcanza para una familia a la mesa, pero que igual los endulza, porque sus pupilas tramsmiten mas glucosa de la que reciben semanalmente. Ninguna lapicera y escasea la tinta pero la vida se escribe de cualquier forma con pasión y fuego de calidez de un país mágico.
Y dos artesanos me tallan la respiración y se enorgullesen por ser parte de mi foto, de verdad imborrable, de conquista irreparable, de sueños compartidos y de sentirme en casa, a pesar de los miles de pies que me separan de mi tierra natal.
El contraste de viviendas confunde y la pobreza se abre paso kilómetro a kilómetro, en una falta de lujos que aceptan sin envenenarse, que succionan de las cosas esenciales que logran cosechar de la realidad mas engañosa y mas incierta de todas.
Paulito suena entre las calles de adoquín, con paredes envejecidas y ropa colgada en serie puertas adentro, sin techo ni ventanas. Y una plaza en común nos une. Y nos hace bandera y revolución y hermanos a primera vista. Y una edad de oro baña los días de sensaciones y canta.
Y se desliza resurgiendo en mi memoria con la nostalgia casi melancólica de los momentos que nunca se olvidan. Y dice en sus notas... Y me dice... "Ay... La Habana...que linda es La Habana..."

No hay comentarios:

Me leen...