¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

martes, 25 de noviembre de 2008

Te diré...

                             A esos locos bajitos...


Es esa sensación de liviandad con la almohada. 
Es saber que a pesar de la sal y la despedida, uno pudo darlo todo.
 Es verlos crecer y crecernos juntos.
 Es el cansancio extremo, invertido en esa rara combinación de protección y libertad. 
Es sembrar. Regar. Cosechar. Emocionarse.
 Es una manito que se extiende para seguir recorriendo el camino. 
Un beso de dulce de pan fresco. 
Un abrazo dado a tiempo y muchas dudas que se esfuman con la respuesta hecha sonrisas en  el vínculo que late fuerte y maduro.

 Es cada palabra nueva pronunciada y cada cambio de actitud convertido en un ¨darse cuenta¨.
Es comenzar a sentir que una lágrima inunda el ojo y observarse rodeada por ellos al percibirlo. Es no estar sola. Es ser importante. Es quererlos y dejarse querer.
Es todo esto y mucho más... 


Son las recompensas que envuelven la niñez y el trabajo de maestra.
Es saber que algo se modificó, que una puerta se abrió, que algo está brotando y que hay cielo para todos por igual. 
Son esos ojos fijos que me miran, y  conocen  y reconocen y entienden el esfuerzo y el amor,  y traen  bajo sus brazos, el agradecimiento más esperado y el fruto más digno.
Es verlos brillar en su esencia. Saber que se irán, y pensar, y sentir, que a pesar de todo y sin embargo, valió la pena.

3 comentarios:

mabel dijo...

me encantó Coni, no sé si sos maestra, pero si no lo sos merecerías serlo por cómo trasmitis la relación con los niños. Muy bueno.
besos

Diego M dijo...

Que hermoso texto Coni!!
Me encantó la foto también, no parece una foto, da la sensación de que uno le está llevando la torta a los chicos :-)

josé lopez romero dijo...

La Salgado trasunta alma de maestra. Si no lo es, seguro en su interior late el corazón de una docente.

Me leen...