¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

viernes, 25 de enero de 2008

Milagros

Por los pasillos circulan las ruedas apuradas de una camilla de traslado. La sal sigue derramándose al tiempo en que recorre las curvas edilicias con el corazón al punto límite.
El cuerpo de la mujer predomina inherte sobre la superficie de cuero y tela, pero puede percibirse la respiración profunda a pesar de todo. La hinchazón del vientre arropado por una sábana blanca de lino, protege la excusa perfecta para un final feliz. Para el principio de todos los motivos.
Una luz comienza a atravesar los ojos cualquieras, que a su paso fijan irrespetuosos la vista en ella.
Las salas de espera dilatan las ansiedades de incómodas visitas médicas.
En el segundo piso, se abre un ascensor de acero y espejo. Alguien continua empujando la camilla a su destino.
Su camino chorrea luz, no hay frío, y cualquier pensamiento se esfuma al observar la tensión del recorrido. El olor a hospital es intenso hasta el desmayo, pero su motivo no deja correr más sangre que la justa y necesaria.
Y es que sucederá en cuestión de segundos, y entonces, el mundo no volverá a ser el mismo.
Abril derramará ocres y mentas, y el aire inhalará vida.
Las preguntas serán otras. No habrá explicación para tanto sin decir. Nada expresará igual el reflejo de los años.
Ella gritará desgarrándose de esperanza El dolor pasará inadvertido.La mano de ese hombre le dará sostén y solo entonces, y juntos, lo comprenderán todo.
Se escuchará un llanto, y luego risas.
No habrá mas miedos. Habrá nacido una niña. Tendrá los ojos de otoño.
La llamarán ¨Milagros¨.

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