¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

miércoles, 23 de enero de 2008

Unicos

Por algún extraño motivo, tendemos a guardar bajo llaves aquellas cosas de valor. Por algún extraña desición, solemos cuidar o atesorar aquello que se nos presenta indescriptible a los sentimientos.
Son objetos cuyo valor emocional no pueden compararse a nada existente en la faz de la tierra, ni puden comprarse con un millón.
Y el problema es que los guardamos tanto, y con tanto cuidado, que un día comprendemos que es tan grande el manto de protección y dedicación con la que los hemos conservado, que olvidamos ¨vivirlos¨ y la vida se nos pasó sin disfrutarlos.
Algunas de nuestras incomparables riquezas poseen forma material, otras no la tienen, puesto que son palabras, promesas o instantes que otros ojos nos legaron marcandonos el rumbo.
Lo cierto es que lo no usado, perderá la frescura de su esencia, pero conservará su calificación de especial, único e intocable a través del tiempo. Irrompible, indescifrable, inquebrantable, inolvidable, irrepetible... hasta que la muerte nos separe.
De todas formas siempre ha sido así, aunque lo vivido es lo que cuenta...

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