¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

domingo, 8 de julio de 2007

La espera


Selló con lacre el sobre. Nadie sabría jamás lo que escondía en su interior. Todo lo supuesto se transformaba ahora en confuso por su propia memoria.
Entonces decidió que la carta no sería enviada y las palabras no dichas. Dejó todo en su estado hipnótico actual y continuó con su ceguera activista y su percepción engañosa acerca de las diferencias que los unían, y de los años luz que los separaban. Giró la vista solo para observar a su alcance, las supuestas opciones representadas por cada oportunidad a seguir, vacías de ilusión e intenciones verdaderas. Pero ninguna le interesaba, ninguna que no tuviera su voz ni su nombre. Ninguna que le dejara los ojos sumergidos en ambar y cristal de murano, al menos diecisiete veces al día. Y la mente dispersa en un segundo de coherencia.
Pensó entonces, que el destino no podría haberse equivocado tanto.
Y una vez mas, fingió seguridad y busco consuelo en lo irreal al alcance de su cien.
Escucho sonidos difusos, con gusto a pasto recién cortado y olas revueltas por el mar.
La sal le brotó del lagrimal y la dulzura se le incrusto en la mirada. El cielo amplio y celeste le llenó los pulmones de aire puro y las ansias de la tinta detuvieron la historia con tres puntos suspensivos...
Afuera sol, viento y nubes, y el frio azul transparente arrasando las dudas.
No sonó el teléfono, pero a gritos mudos, él, no dejaba de llamarla.
Continuará...

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