Abrían y cerraban, estadísticamente inclinados al fracaso con timidez.
Así, acostmubrados al destino asignado, consumían el paso de los días, sin reflexión alguna.
Bajaban la cabeza, para mirar el suelo sin orgullo, y volver a intentarlo, condenados al rechazo perpetuo y aparente de los que no se animan, o ya no pueden sentir.
La fiesta se presentaba restricta y los alimentos sucumbían la utopia de ser hoy carne o hueso, cartón o cristal.
En la quietud de lo inexplicable, los ojos hablaban el idioma perturbador de la pobreza. Las dos caras de la moneda y ninguna alcancía abierta para comprender la dispariedad de los sucesos.
De todas formas, así ha sido siempre.
El equilibrio ausente, cada año.
Incertidumbres y soy parte, de ese mundo ilógico y pienso, de todas formas, cuando los veo ahí y me pregunto que se festeja, a pesar de disfrutar de los adornos y la época victoriana, sin evolución alguna.
Te toca o no te toca. Que ganas de llevarte flores a la mesa. Que deseo sentido de que la palabra ilusión no sea solo eso.
Cuan faltos de motivos nos sumergimos en la vorágine del materialismo sin detenernos a proyectar fines humanos.
Los únicos que pueden salvarnos. Nacernos.
Cuanto oro encerrado en catapultas somnolientas y cubiertas de hipocresía. Cuanto caliz por derretir.
Entonces, somos pobres también, y ciegos de la vida.
Las uñas llenas de barro. Suciedad en cuotas a cada centímetro de piel. Zapatillas rotas y nadie que los reciba en nochebuena. El estómago crujiente y los piojos sedentarios de su polvo, compañeros de su ausencia...
El contraste absurdo de las fiestas.
El espíritu diverso, el aire caliente y la brisa suave del verano con olor a jazmínes.
La magia, a pesar de todo.
Y el vacío de esos ojos, que tienen hambre y miran brillantes las lucecitas blancas a la espera de otra imagen, que suprima la fotografía reiterada y egoísta de relojes, billetes y regalos falsos.
No me digas felicidades en estas fechas porque lloro.
Porque para aquellos que derraman ternura triste en sus manos austeras, todo el año debería ser Navidad.