¨Me reflejo en otras pupilas. Me someto a las igualdades subjetivas de las miradas diferentes...¨

Sortilegios cotidianos

domingo, 4 de abril de 2010

Carta de un maestro a otro...



Si la sangre correrá cuando carne y acero son uno,
secando en el color del sol vespertino,
la lluvia del mañana lavará los tintes
pero algo en nuestras mentes siempre quedará...
Quizás este acto final estaba destinado
a confirmar el argumento de toda una vida
que nada viene de la violencia
y nunca nada podrá.
Por todos aquellos nacidos bajo una estrella enojada
no sea que olvidemos cuan frágiles somos...

Sting



al maestro asesinado, y a todos los maestros que morimos con él...




Desconozco con exactitud los motivos reales que te dieron sepultura. La desinformación suele ser mi refugio mas aparente cuando llorar no es una buena opción. No se en realidad si en la pared de tu habitación colgaba un cuadro desvencijado, con el diplóma de médico o agrimensor, comerciante de la educación o tesorero de abecedarios. Supongo que eras docente con el alma, ya que no existe otra forma posible de serlo. No me interesa si eras diestro o zurdo, por lo tanto no escribiré más sobre este aspecto.Ignoro los motivos políticos y los ideales en alta que te llevaron a estar ahí, entre todos ellos, un día cualquiera justificando con el cuerpo y la voz un presente más acorde, un futuro que no pudiste ver.
Asimilo que pedías dignidad y un sueldo justo. O más escuelas a la espera del hambre en las pupilas de los niños carenciados y de los millones esparcidos ansiosos por aprender.
Imagino que las balas son solo una confusión más del hombre, y la asfixia lacrimógena su equivocado destino.Un desliz de negligencia no menor que te quitó la vida con desfachatez. No voy a juzgar a nadie por su nombre, no escribiré aquí la palabra policía, no tendré escalofríos al releerla, no tendré nuevamente escalofríos al visualizar la imagen y no se me hará un agujero en el estómago al pensar como habrán sidos los últimos latidos de tu paso por el mundo. Solo marcaré con mi tinta el llamado universal a la conciencia, el desorden social ante la perdida de fragilidad, mi descontento de sistema, mi desazón a la deriva.
El pizarrón yace de luto, de pie y sin guardapolvos.
Me descubró a veces perdida y ya no se si piso suelo argentino o colombiano.
Me mantengo al margen de una marcha, las respeto, tal vez porque una parte de mí desearía ser ahí, otro pedazo de mi cuerpo me dice que mientras lloramos nuestros muertos, alguien se ríe y se pide un café detrás de un escritorio sucio y una campaña. Me pongo mi pintor todos los días, y hago honor a mí país intentando educar mas allá de las falencias, de los planes insufribles descordinados y los recelos caprichosos del primer mundo inalcanzable.
Pero este día quinto del més , en mucho tiempo, en muchos lares, no será un día cualquiera.
Es el día en que vos, yo y cada pedacito de bandera se fue con la libertad de expresión y el derecho justo y merecido a recorrer otros cielos, a protestar otras tizas.
Y será cierto, de hoy en más, mientras no escribas tu historia y la sangre sea derramada, que las flores seguirán cayendo, marchitas y blancas, sobre el escudo, la patría y tu soberanía.





Me leen...